Los días en que los conductores y pasajeros circulaban habitualmente sin usar el cinturón de seguridad quedaron atrás. Los consumidores modernos comprenden la importancia de los cinturones de seguridad y otros sistemas de seguridad disponibles en los automóviles modernos. Muchos estados tienen leyes que exigen que los conductores y pasajeros se abrochen el cinturón. Muchos proveedores de seguros ofrecen descuentos a los propietarios cuyos automóviles tienen ciertos sistemas de seguridad como frenos antibloqueo y bolsas de aire.
Por estas y muchas otras razones, los consumidores han llegado a comprender la importancia de los dispositivos de seguridad de los vehículos y han llegado a esperar que funcionen adecuadamente. Desafortunadamente, no todos los diseños son tan seguros como podrían ser y no todos los vehículos se fabrican según lo diseñado. Cuando el sistema de sujeción de seguridad de un automóvil no funciona como se esperaba y no logra sujetar al pasajero en su asiento, esa falla puede ser el resultado de un defecto de diseño o fabricación.
David Sampedro y Josh Wintle tuvieron la oportunidad de representar a una joven que sufrió una lesión cuando los sistemas de seguridad del asiento trasero en el que viajaba no lograron mantener su cuerpo en una posición segura durante un accidente. Jessica era pasajera del asiento trasero de una camioneta que estuvo involucrada en una colisión frontal. En el vehículo había otros tres ocupantes. El conductor y el pasajero del asiento delantero salieron con rasguños y moretones; no requirieron atención médica más allá de los primeros auxilios. Sin embargo, ambos pasajeros del asiento trasero sufrieron lesiones graves que pusieron en peligro sus vidas, incluidas fracturas de columna que requirieron cirugía.
Luego de la investigación realizada por expertos en reconstrucción de accidentes, ingeniería y biomecánica contratados por Panter, Panter & Sampedro para evaluar la causa de las lesiones de Jessica, se determinó que Jessica sufrió lo que se conoce como una lesión por submarino. Es decir, el cinturón de regazo de su cinturón de seguridad se deslizó por encima de los huesos de la cadera y dentro de su abdomen durante el choque. Mientras lo hacía, su cuerpo se dobló hacia adelante y el cinturón de seguridad desgarró sus órganos internos y destrozó una de sus vértebras lumbares.
Los cinturones de seguridad están destinados y se espera que mantengan al ocupante en su lugar. Los cinturones de seguridad modernos con cinturón de regazo y arnés para hombros logran esto aplicando la mayoría de las fuerzas en un choque a los huesos de la cadera. Las fuerzas del choque permanecen localizadas en las caderas siempre que el cinturón de seguridad y la parte inferior del asiento mantengan el cuerpo del pasajero en su lugar y mantengan el ángulo necesario para mantener el cinturón de seguridad debajo de la cresta superior de las caderas.
Desafortunadamente para Jessica y el otro pasajero trasero, la parte inferior del asiento, un típico banco, se movió hacia adelante durante el choque y no logró permanecer firmemente anclado en la posición en la que debía permanecer. Este movimiento de la parte inferior del asiento permitió que los pasajeros se deslizaran hacia adelante y cambió el ángulo del cinturón de seguridad. Este movimiento hizo que el cinturón de seguridad se deslizara hacia arriba y sobre las caderas de Jessica hasta su abdomen con consecuencias que cambiaron su vida.
Si bien puede ser difícil conciliar la disparidad entre las lesiones sufridas por Jessica y el otro pasajero del asiento trasero con los rasguños y moretones sufridos por los pasajeros del asiento delantero, es importante entender que las normas de seguridad del vehículo tratan a los pasajeros del asiento delantero y trasero de manera muy diferente. . Después de años de cabildeo por parte de los fabricantes de automóviles estadounidenses, se cambiaron las regulaciones federales. Los fabricantes de automóviles lograron relajar las normas de seguridad para los pasajeros de los asientos traseros. Los fabricantes de automóviles simplemente ya no exigen los mismos altos estándares de seguridad para los asientos traseros que para los delanteros.
No obstante, los fabricantes de automóviles tienen el deber de diseñar y fabricar vehículos que sean resistentes a los accidentes. Cuando los sistemas de seguridad de un automóvil no funcionan como un consumidor razonable esperaría, el fabricante y distribuidor del automóvil pueden ser responsables de un defecto de diseño o fabricación.
Como resultado, David y Josh presentaron una demanda contra los responsables de las lesiones de Jessica. Después de dos mediaciones fallidas, David y Josh estaban listos para ir a juicio cuando el fabricante de automóviles se negó a aceptar su oferta final. En vísperas del juicio, los abogados del fabricante de automóviles se comunicaron con David y Josh a través del mediador que previamente había llegado a un acuerdo sobre el asunto para informarles que resolverían el caso con su última oferta. Si bien el dinero no cambiará lo sucedido, le brindará a Jessica la seguridad financiera que necesitará para su futuro.
