Juan Oro era un hombre apuesto y vibrante de 27 años que vivía el Sueño Americano. Juan vino a este país desde Cuba con el amor de su vida y había estado trabajando desde el tercer día que vino a este país. Juan trabajaba duro y se esforzaba por ahorrar suficiente dinero para comprar una casa para su novia, que esperaba su primer hijo.
El 13 de abril de 2011, Juan se llenó de alegría cuando supo que su esposa esperaba un bebé. Al día siguiente, Juan le dio un beso de despedida a su esposa y se fue al trabajo. Sin el conocimiento de Diana, fue la última vez que vería a su esposo.
Juan fue a trabajar esa mañana a un patio industrial. Mientras trabajaba en el patio industrial y preparaba un contenedor para que un tractor lo sacara del patio, el conductor comenzó a retroceder. El tractor no tenía alarma de marcha atrás. Juan estaba de frente al remolque y de espaldas al tractor. No vio venir el tractor y quedó atrapado entre el tractor y el remolque y murió instantáneamente.
La viuda de Juan acudió a Panter, Panter & Sampedro, PA, para averiguar qué le pasó a su esposo. David Sampedro contrató a varios testigos expertos, incluidos reconstruccionistas de accidentes, expertos en camiones, economistas y animadores. Después de abrirse paso a través del descubrimiento, el caso se fijó para juicio y se resolvió en mediación menos de un año después de la muerte de Juan.
Aunque los términos del acuerdo fueron confidenciales, el caso se resolvió en mediación por un monto que superará los $15.5 millones en beneficios para la viuda y el hijo de Juan. Aunque Diana y su hijo nunca volverán a tener a Juan, estos fondos aseguran que el sueño de Juan seguirá vivo y que su familia estará segura en el futuro.
* Los nombres de las partes se han cambiado como resultado de un acuerdo confidencial.